Comunidad afectada en movilización |
Es un proyecto hidroeléctrico que va en contra de los intereses de la comunidad que rechaza su construcción. A toda costa se quiere desarrollar, pasando por encima de la población, vulnerando sus derechos para construir una represa con irreparables y graves implicaciones sociales, económicas y ambientales.
Luego que el presidente Santos en un acto calificado de desagravio por la comunidad, colocara la primera piedra para avalar el Proyecto de las multinacionales españolas e italiana Endesa-Emgesa-Enel que destruirá el territorio y desalojará a las comunidades campesinas. La comunidad mantiene su resistencia y se movilizó para mostrar una vez más que rechazan la construcción de la represa. En un proceso de resistencia al que se han unido hasta ver afuera el proyecto que tiene la complacencia del Gobierno Nacional y algunos políticos locales.
El proyecto represa por segunda vez el río Grande de La Magdalena, “El Yuma” el más grande e importante de Colombia, condena al destierro a comunidades de 6 municipios Garzón, El Gigante, Agrado, Tesalia, Altamira y Paicol. Se inundarían 8.500 hectáreas de tierras productivas y desplazaría a 400 familias. Sin garantizar las condiciones laborales con la misma actividad económica y productivas de la zona.
Para Miller Dussán profesor e investigador que ha acompañado a las comunidades, esto representa “la más grande catástrofe ambiental y social para la región”. Lo coloca dentro de un negocio criminal de políticas internacionales de las multinacionales para sacar recursos, “detrás de la represa está el control de los recursos y apropiación de la amazonia”.
La científica climática Payal Parekh, directora del Programa Climático de International Rivers, manifiesta la contribución de la represa al calentamiento climático por ser fuente de contaminación. Además aclara el inminente riesgo de una catástrofe por las condiciones geotécnicas. El estado de los suelos es inestable y representa un alto índice sísmico.
Trampas, incumplimiento y corrupción
Las multinacionales bajo trampas, engaños e incumplimientos quieren establecer el proyecto. Éste es tan desequilibrado que se le entrega el territorio de manera indefinida a las multinacionales, sin ninguna participación para el Gobierno. Destruyen el territorio con el único propósito de exportar energía, a cambio de irrisorias regalías, sin poder desarrollar otra actividad económica. Con engaños se ha comprado territorio, dejando a pequeños campesino y trabajadores “jornaleros” en la incertidumbre.
Se modificó de forma ilegal la licencia ambiental para darle vía libre al proyecto, pasando por encima de la decisión del Tribunal de Cundinamarca que no aprobó la conciliación extrajudicial. Así reduciendo a un mínimo la inversión en compensación ambiental y social, atentando contra el ecosistema.
Emgesa según la comunidad no presentó en el primer informe de cumplimiento ambiental, el estudio de vulnerabilidad que es fundamental para poder establecer las adecuadas medidas de compensación. No presentó estudio de valoración económica de impactos ambientales y estudio de adecuación de tierras. Además no cumplió con el programa de reasentamiento de la población, el restablecimiento de las condiciones socioeconómicas no ha sido iniciado y existen impactos negativos sobre la base económica, en particular para los grupos poblacionales de productores, propietarios, areneros, paleros, volqueteros y transportadores. No hay una real valoración agroecológica de los predios. No hay estudio etnográfico que garantice la conservación de los tejidos sociales y comunicativos. Hasta ahora a la zona llega una antropóloga para realizar un estudio de tejidos sociales, cuando se debió hacer antes de otorgar licencia y empezar a desarrollar obras de la represa.
Resistencia de la comunidad
La movilización en Neiva mostró que muchos ciudadanos están en contra de la construcción de la represa, posición que también se refleja en los habitantes de los seis municipios afectados y sus veredas. La comunidad afectada directamente por la represa se reunió en una asamblea en Río Loro, zona de El Quimbo para manifestar su inconformismo y rechazo a la represa.
Fue el caso de Argenedis Venegas, mujer que ha vivido 40 años de la pesca en la vereda Vera Cruz, es la actividad económica que le garantiza mantener a su familia. Manifiesta sentirse enferma, su pelo se cae y en sus ojos está latente la preocupación por lo que será su futuro.
En la zona hay una gran presencia de ancianos que se resisten a perder su territorio y toda una vida construida. También es notable la preocupación, el estado de incertidumbre de los jornaleros y paleteros que no se les garantizarán sus actividades económicas y se niegan a ser desalojados.
La comunidad reconoce la necesidad de defender el territorio, por eso luego de la asamblea simbólicamente marcharon hacía la vía al Florencia y con un plantón paralizaron el tránsito unos minutos como forma de hacer sentir su voz de protesta.
Para Gustavo Venegas afectado por la represa hay que rechazar el abuso que comete Emgesa-Enel conjuntamente con Gobierno Nacional, vulnerando los derechos de asentados en la ribera del río magdalena quienes serán desplazados.
La comunidad manifiesta que Emgesa ha venido lavándolos cerebros de las comunidades, manipulándolas con engaños ofreciendo cosas que no cumplen. Además aprovechándose de la necesidad y desconocimiento de los pobladores, haciendo que estos se dividan y entren en conflicto. Por eso hacen un llamado mantener la resistencia y luchar porque como reconocen, esto apenas comienza. “Hay que defender nuestro territorio porque aquí están nuestras vidas y la constitución no puede ser violada”, agregó un afectado en la asamblea. Además se hizo una llamado a no poder la esperanza y a la necesidad de una mayor organización.
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